miércoles, 28 de mayo de 2008

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La convención no me conviene, no me pertenece ni le pertenezco. Somos el uno impertinente al otro e inconvenientes. Sus prácticas y costumbres admitida tácitamente, que responden a precedentes, aunque ciertamente son importantes y respetables, nada tienen que proponer y no es mi intensión repetirles. El momento histórico me llama a continuar este impulso, pero sin pervertirlo, sin conformándome con lo ya dicho y hecho. Mi necesidad espiritual me lleva a escuchar ese llamado de afirmación de vida y a asumir la responsabilidad de lo que, en mí, hay de ser libre y tener voluntad.

1 comentario:

María Victoria Yánez dijo...

HOLA Érika yo soy una estudiante nueva en la Reverón. Sin duda tu arte resulta extremadamente chocante y extraño incluso para la mente más objetiva y crítica que exista. Ahora, mi pregunta es: qué buscas tú con tu arte? osea simplemente expresarte o transformar alguna realidad? me da la impresión de que quieres que lo natural se convierta en algo cotidiano... Como masturbarse, orinar y estar desnudo en público. Será?