jueves, 10 de julio de 2008

Desequilibrio


El estudio de la dinámica del conocimiento en sí mismo ha sido relevante durante el proceso de este proyecto. He fijado especial atención en la naturaleza de la estructura del pensamiento nietzscheano. Para darme cuenta de que mis sospechas acerca de la autocontradicción son ciertas (según entiendo). Esto lo venía pensando desde mi primer acercamiento a Nietzsche a través del poemario Ditirambos Dionisíacos. Justo los dos poemas que más me han llamado la atención se encuentra uno de tras el otro dentro del cuerpo del poemario. Uno es Sólo Loco, Sólo Poeta y el otro es Entre Rapaces. Ambos poemas presentan contradicciones entre sí y a la vez ambos contradicen otros textos de Nietzsche como: Así habló Zaratustra o el Ecce Homo. Sin embargo quien me ayuda a tener esta sensación de equilibrio respecto a mis teorías acerca de la literatura de Nietzsche es Kart Jasper, citado por Schaeffer en su Historia del Arte Moderno. Jasper dice: “La auto contradicción es el rasgo fundamental del pensamiento de Nietzsche”. Aunque Schaeffer no lo cita porque esté de acuerdo, pero, que Schaeffer esté de acuerdo o no, a mi no me interesa tanto. Yo someto su teoría a mis esquemas o valdría decir, someto mi estructura a su teoría y si su teoría no me convence, es porque no lo logra o yo no lo logro, entonces continúo intentado hacerme de mi propia teoría acerca de Nietzsche, además según razono es la única forma viable o aceptable, al menos por mi propia moral.

Quise continuar esa secuencia que venía desarrollando Nietzsche en su literatura. Últimamente he leído algunos fragmentos de uno de los últimos libros que le publicaron: Mi Hermana y Yo, en el que contradice explícitamente gran parte de lo expuesto en el Ecce Homo. Se observa a lo largo de su literatura esta constante, aunque también se identifican fundamentos que hermanan todos sus escritos. En cuanto a una visión plástica refiere pude reconocerse la firma de Nietzsche en la forma. Es la forma la que otorga al discurso nietzscheano fundamento poético. Cuando me he atrevido a afirmar que la forma declara una cosa y el contenido otra, no he declarado que éstas sean una opuesta a la otra. Intentaré explicarlo de esta manera, lo que específicamente Nietzsche dice en cada uno de sus escritos son particularidades que nos revelan ciertos aspectos de él y de la vida misma, sin embargo, la forma en que lo dice es significante también y nos permite acceder a otros espacios del discurso. El contenido declara A y la forma declara B. No quiere decir que el contenido declara SI y la forma NO, porque sería una forma muy pobre y plana de aprehender la literatura de Nietzsche o cualquier otra cosa. Claramente entre A y B puede haber y hay contradicciones, pero toda contradicción tiene inherente una noción de correspondencia que le permite ser contradicción. La lógica juega un papel fundamental entonces, porque para que exista la contradicción es necesaria la capacidad humana de deducir un punto a través de otros dos. Es incluso necesaria la capacidad de someter el discurso o el concepto a condicionales y a resultados de éstas.

Digamos que éste es sólo uno de los aspectos de la investigación y seguramente es el que más me interesa porque genera en mí una mayor sensación de desequilibrio con la respuesta natural y lógica subsiguiente de necesidad de resolver problemas, como dice Nietzsche en el Anticristo: vencer una resistencia. Sin embargo, el proyecto ha tenido un aspecto técnico importante, situaciones en las que el imperativo es resolver problemas meramente técnicos que van desde los materiales que estoy usando para levantar la escultura que simboliza a Nietzsche, pasando por el trabajo de conciencia corporal para lograr orinar de pie y dentro de algunos envases, hasta el manejo del Action Script como lenguaje de programación Web.

Algunas tecnologías que estoy usando han sido llamadas: los nuevos medios, pero no son los “nuevos medios” lo que realmente me interesa. Uso el video como un canal que me permite ir de lo íntimo a lo público y a través de lo cual documento el proceso performático de trabajo con la conciencia del cuerpo, pero no estoy hablando del video en cuanto tal, ni estoy hablando de la Internet aunque ambos están implicados en este trabajo, así como la fotografía digital, la edición de imágenes, la animación y los lenguajes de programación web. Son medios importantes que me sirven para explicitar mis ideas pero no son el eje temático de este proyecto. Así como tampoco lo son: la escultura, el performance o la poesía. Todos son esquemas inscritos a mi estructura cognoscitiva. Estructura viva y en constante asimilación, acomodación y adaptación. Siempre atenta a nuevos desequilibrios conceptuales desde la necesidad innata de resolver conflictos. Siendo a través de los conflictos que se transforma y complejiza.

En el desarrollo de este discurso la intertextualidad ha sido evidenciada, sin querer pero no sin conciencia. Porque la intertextualidad es un hecho patente en cada aspecto de la vida. Todos los elementos forman parte de un Todo que no existe aunque nosotros los resolvamos a través de mecanismos de integración de lo previamente diferenciado. En mi trabajo he puesto a interactuar varios sistemas simbólicos, así como varias tecnologías y procesos. Siendo este un proyecto, a pesar de su metodología cualitativa, la cosmovisión prela cualquier resultado. Éste no ha sido un trabajo en el que se disfrute placenteramente del oficio en cuanto a “el artista como oficiante”. Éste ha sido el resultado que algo visto en la mente y luego vertido en textos, imágenes, animaciones, etc que lo anuncian. No es el resultado puro del azar, aunque el azar interviene. Me he planteado previamente a su materialización una idea concreta con la necesidad intrínseca de afirmación de voluntad.

He dicho esto en otros escritos y lo repetiré aquí, no estoy buscando una superación de la metafísica, pues cualquier cualidad que se declare en forma de sustantivo, instaura una metafísica. La voluntad en cuanto ente no existe y si no existe en cuanto ente no existe físicamente y por lo tanto es una metafísica, así que no intentaré superar la metafísica o puedo decir, no aún.

La intertextualidad es un proceso, al ser una palabra compuesta hace referencia a su propio movimiento, por ende al movimiento en sí. Todo lo que se mueve se mueve en un espacio y se somete a ciertas consecuencias que van de la mano con el hecho de moverse. Hablamos de Intertextualidad como proceso a través del cual varios correlatos interactúan entre sí para formar la estructura cognoscitiva. El aprendizaje a juro es intertextual, porque la estructura se forma con todos los esquemas que tenemos y vamos teniendo. Siendo esto así, la llamada “obra de arte” o planteamiento artístico, etc. es intertextual y lo es este proyecto. Utilizando mecanismos de diferenciación identificamos varios correlatos que se entretejen: El sincretismo, la simbología judeocristiana desde la poética nietzscheana, la trasgresión, la autocontradicción, la historia, el siendo, la necesidad de afirmar lo que hay en mi de ser libre y tener voluntad, lo íntimo y lo público, lo sagrado y lo profano, la negación de lo Otro, la razón cínica, la negación del género, el ars poética, etc. en cuanto a lo conceptual y en cuanto a la técnica, los medios son mixtos, así que sería necio repetir los medios que pueden diferenciarse pero que se reúnen en esta cosmología.

Cada uno de los aspectos que puedan determinarse son potenciales metáforas del resto de la estructura, cada uno anuncia lo que le rodea, pues cada elemento tiene características inherentes que usaremos para deducir, predecir e intentar controlar el resto. Aunque algunos afirmarían (y tal vez yo me sumaría a ellos si fuera un poco más sensata) que sería más rico, en lugar de recrear un espacio dentro de otro espacio, conseguir el elemento que sirve de enlace entre el resto de los elementos que allí se encuentran; entonces activar un espacio de esta manera y aunque lo he procurado al darle un valor semántico importante al espacio (al proyectar el acto performático en la calle en vez de en un cuarto blanco,) pienso que al proyectar, irremediablemente se está recreando un espacio que tuvo primero lugar en el intelecto y luego en el espacio físico tangible, por eso he afirmado que no tengo pretensiones de superar ninguna metafísica. La estructura epistemológica que estoy desarrollando a través de esta investigación es metáfora de mí misma, metáfora de cómo yo entiendo la vida y la asumo. En el desarrollo de un lenguaje plástico es posible que se recontextualicen alguna simbología y es muy probable que se tienda por aquella simbología que ha formado parte de nosotros desde nuestra infancia, en ese sentido, este proyecto tiene un fundamento autobiográfico y autoreferencial, relacionándose a la vez con la razón cínica. Toda metáfora está imbricada con lo que le rodea, es ella en sí misma como problemática particular y al mismo tiempo es símbolo de lo que han llamado otro. Sólo teniendo evidencia de sí misma, desde su epistemología y simbología, lo otro sólo lo ve a través de su episteme y por lo tanto puede ser y es metáfora de todo. Las metáforas se correlacionan y desde esa correlación nos hablan de la estructura, sin embargo en sí mismas tienen estructura de cada uno de los significantes que conforman la metáfora. Existe gracias al espacio que separa al ser humano de las cosas, gracias a aquello que le impide tener una relación directa con los entes y los hechos, gracias a la capacidad simbólica del individuo.

1 comentario:

panopti.com dijo...

La intertextualidad al parecer es una característica que en la creación artística siempre ha existido, pero que, en la actualidad, y quizá desde aquel boom de "lo postmoderno" ha sido explotada hasta niveles insospechados, al punto de que es una de las principales características que definen los tiempos que vivimos. La intertextualidad, en todos los aspectos creativos de la vida actual es inevitable, y reviste un cariz casi alucinatorio por la complejidad referencial que genera, por la asociación de ideas muchas veces contradictorias entre sí, a tal punto que el famoso encuentro fortuito entre un paraguas y una maquina de coser sobre una mesa de disección no parece mas que un ingenuidad poética, si lo comparamos con las imposibles relaciones de significantes y significados que podemos conseguir en cualquier comercial de t.v., por decir algo. Digo esto, porque pienso en la escultura que levantaste, una suerte de hibridación tipológica entre Nietszche y José Gregorio Hernández, relación hasta ese momento en que la propusiste, imposible para mi imaginario, contradictoria de por sí, (como planteas al inicio de tu escrito del pensamiento Nietzscheano) intertextual y no se si llamarla postmoderna, pero algo de esa agua estancada beben nuestras propuestas querámoslo o no. En esa representación que has materializado hay una lucha no solo entre forma y fondo, sino también entre forma y forma. Interpreto ahí, la metaforización de lo que tu planteas como la naturaleza de la estructura del pensamiento Nietzscheano, y que, si he entendido correctamente, es el fundamento de tu estructura de pensamiento propia: la autocontradicción.

José